En los años 90, La Ultima Tentación de Cristo estaba prohibida en Chile por culpa de la iglesia. A nadie le parecía raro, los diputados lo encontraban de lo más normal y había una clase particular de ratas que te decían: “Oye, pero si esa película está pirateada EN TODAS PARTES, da lo mismo que la censuren”. Esas ratas son primos de los que hoy creen que porque el documental de Aguero sobre El Mercurio está en Youtube, poco menos que le “ganamos” a los que no la ponen en televisión. Es la misma actitud miope, boluda y en el fondo cobarde y ombliguista: “Yo ya la vi porque tengo banda ancha, el resto que se chupe el dedo y se aviven”. Las ratas disfrazadas de tipos listos son las peores.
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